Santiago Carrasco Díaz-Masa.
Delegado de la Asociación ARES de Reservistas Españoles en Madrid y vocal de la Junta Directiva Nacional.
Tirador de primera.
Subcampeón de España de Reservistas de precisión 9mm, en categoría senior.
Campeón regional de nivel II de 9mm en Madrid
El Largo Total del Cartucho (LTC) es la longitud máxima total del cartucho construido y listo para ser disparado. Definido de una forma más técnica, es la distancia que hay desde la base del culote, donde este apoya en la cabeza del cierre, hasta la punta del proyectil.
En este artículo nos centraremos en el LTC para armas cortas, que tiene un tratamiento muy diferente del LTC para armas largas rayadas, donde lo que interesa realmente es la distancia desde los hombros de la vaina hasta la punta del proyectil.
En el caso de las armas cortas es más sencillo, menos determinante para el tirador y un buen modo de aprender empezando por lo sencillo. El cálculo del LTC máximo es fundamental para la seguridad en primer lugar. Después tiene otra importancia para la precisión y para el cuidado de las armas, pero como todo lo que tiene que ver con el tiro deportivo, lo primero y más importante es la seguridad.
Si construimos un cartucho demasiado largo:
Superando las cotas CIP1, podríamos tener interrupciones por problemas de:
- Acerrojamiento. Sobre todo si el cartucho está crimpado, cosa muy desaconsejable2, puede ocurrir que la recámara no se cierre del todo. Peor aún sería que por la fuerza del muelle un cartucho sin crimpar, se acorte al entrar en la recámara y produzca sobrepresiones en el disparo.
- Podríamos tener problemas con el cargador. El cargador nos va a dar la medida máxima que sería teóricamente admisible, pues si un cartucho no cabe en el cargador, no puede ser alimentado.
- Desmontaje accidental. Si el proyectil no se introduce suficientemente en la vaina, no tendrá suficiente sujeción y podría darse el caso de que se desmontara por accidente, si se cae al suelo o incluso he visto algún caso de desmontaje accidental alimentando 3.
- Si el cartucho es tan largo que, pudiendo alimentarse y ser cargado y acerrojado en la recámara, llegara a tocar las estrías, producirá sobrepresión en el disparo con toda seguridad.
Si construimos un cartucho demasiado corto:
- Dependiendo del modelo del arma, si el cartucho es demasiado corto podría no cargarse bien aunque pueda alimentarse el cargador. Dependiendo del tipo de rampa y de las cotas, podría quedarse atascado en el acerrojamiento.
- Un cartucho muy corto signifi ca mucho proyectil dentro de la vaina. En calibres como 32 S&W Long o 38 Sp, no habrá problemas porque se utilizan pólvoras rápidas en pequeñas cantidades y queda mucho volumen libre dentro de la vaina, incluso con proyectiles Wad Cutter (WC), pero en calibres como 9mm Luger, un cartucho muy corto tiende a la sobrepresión. Daremos por supuesto que no es razonable introducir el proyectil tanto como para que la parte cilíndrica quede por debajo de la boca de la vaina.
En cuanto a la precisión, el LTC es mucho menos relevante en armas cortas que en largas. En realidad lo único que es importante es que el LTC esté dentro de unas cotas en las que llegue a coger la estría antes de abandonar del todo la vaina.
En cartuchos WC, siempre habrá una gran distancia entre la cabeza del proyectil y la estría, pues la boca de la vaina está suficientemente dentro del alveolo como para que admita proyectiles ojivales permitiendo el giro del tambor. Sin embargo, un proyectil WC es totalmente cilíndrico y largo y alcanza la estría antes de abandonar del todo la vaina y como tiene una gran superficie de contacto longitudinal (por ser totalmente cilíndrico) con la estría, adquiere una gran estabilización y su precisión es óptima.
En proyectiles de cualquier otro tipo que no sean WC, sí es importante la distancia a la estría, aunque esta importancia depende mucho de la morfología del proyectil. Cuanta más parte cilíndrica tenga, menor será esta importancia, por la misma razón que los proyectiles WC. La mayor fricción con la estría le aporta mayor estabilización. Por tanto, hay factores como la velocidad o la dureza, que son muchísimo más importantes para la precisión.
- Comisión Internacional Permanente (C.I.P.) para la prueba de armas de fuego portátiles.
https://www.cip-bobp.org/es
La Comisión Internacional Permanente establece reglas uniformes para la prueba de armas de fuego y municiones a fin de asegurar el reconocimiento recíproco de los cuños de prueba de los estados miembros. Entre otras misiones, tiene la de “Buscar la unificación de las dimensiones de recámaras de armas de fuego comercializadas y las modalidades de controles y prueba de sus municiones”. - En un posterior artículo analizaremos la conveniencia o no del crimpado, especialmente para armas cortas y en concreto para concurso (tiro deportivo).
- Consideramos que “alimentar” consiste en introducir los cartuchos en el cargador.
A efectos prácticos:
- En cartuchos WC: hay tiradores que gustan de dejar el proyectil 1mm fuera de la vaina cuando se trata de 38Sp para revolver y otros que gustan de dejarlo a ras de la boca. En mi opinión y tras realizar muchas pruebas, es mejor introducirlo a ras. Dejarlo 1mm fuera no me ha aportado mayor precisión nunca y añade una variable a tener en cuenta en las decisiones sobre las cargas, pues deja mayor espacio vacío en la vaina que ya es mucho de por sí, pues es un calibre que se recarga con pequeñas cantidades de pólvoras rápidas. En el caso del 32 S&W no hay más opción que dejarlo a ras pues se trata de un calibre para armas semiautomáticas, aunque también existen revólveres del 32. En definitiva, dejarlo 1mm fuera de la vaina, en mi opinión, no aporta nada a la precisión y añada una variable más para complicar la recarga.
- En cartuchos no WC: Aquí hay que tener muy en cuenta la morfología del proyectil.
En la siguiente imagen se puede apreciar como distintos proyectiles que tienen el mismo peso, tienen morfologías muy distintas y, por lo tanto, tienen largos diferentes.
De izquierda a derecha, tenemos:
- Ojival cobreada. Este proyectil tiene una cota máxima de 14,49mm
2. Troncocónica Punta Plana plastificada con Epóxi: Este proyectil tiene una cota máxima de 13,70mm.
3. Troncocónica Punta Plana, cobreada. Este proyectil tiene una cota máxima de 14,45mm.
4. Troncocónica Punta Plana, de aleación dura de plomo desnudo y anillo de engrase. Este proyectil tiene una cota máxima de 14,35mm
Como vemos, cada una tiene un largo diferente, por lo que si cargáramos 4 cartuchos con el mismo largo total calibrado en la matriz de introducir los proyectiles en la vaina (el 3º Die), daría como resultados distintos LTC porque cada uno tiene la nariz4 de un diámetro distinto y cada uno dejaría un volumen libre en la vaina distinto. La matriz tiene el fondo, la pieza que empuja el proyectil, con forma de bóveda, de manera que la nariz entraría más o menos en esa bóveda dependiendo de su diámetro. Para cada tipo de punta, parece aconsejable hacer pruebas diferentes con cargas de pólvora propias para cada una de ellas, para alcanzar la misma velocidad.
Otra cuestión importante, al respecto de los proyectiles, es elegir una marca que garantice la regularidad en los pesos y medidas. En cada lote que adquiramos hay que comprobar, con un muestreo aleatorio suficiente, que los proyectiles siguen en los valores previstos de pesos y medidas.
Cálculo del LTC:
El LTC debe ser establecido para cada tipo de proyectil y, por supuesto, para cada arma. Si se intercambia el cañón, hay que calcular de nuevo el LTC, porque cada recámara es distinta. Para eso hay diferentes métodos. Explicaremos un par de métodos sencillos al alcance de cualquiera.
1. Usando una varilla metálica5.
Se introduce la varilla por la boca de fuego hasta que toque la cabeza del cierre con el arma acerrojada6 y se hace una marca en la varilla.
A continuación se introduce un proyectil en la recámara y se empuja hasta que toque las estrías.
4. La nariz del proyectil es como se llama en el argot de la recarga a la punta del proyectil.
5. Siempre que se use una varilla para introducirla en un cañón, debe ser de una aleación blanda. Aluminio o latón, para no rayar el ánima.
6. Siempre que se manipule un arma, hay que comprobarla y asegurarse primero de que está descargada. La seguridad ante todo.
Sujetando el proyectil contra la estría, usando por ejemplo un alambre o un codo de plástico o cualquier cosa que encontremos que nos permita mantener el proyectil pegado a la estría, se vuelve a introducir la varilla y se hace una segunda marca. Se mide la distancia entre las dos marcas y ese es el LTC máximo que permite nuestra arma, porque hemos medido desde la cabeza del cierre hasta la punta del proyectil tocando la estría. A la medida que nos dé, le quitamos 1 mm al menos para asegurar que nuestro cartucho montado no va a tocar la estría.
En este ejemplo, podríamos montar cartuchos a con un LTC de 28,5mm para este tipo de proyectil.
Este método es bastante impreciso porque no podemos controlar con precisión el ancho de las marcas que hacemos en la varilla y es fácil cometer un error muy grotesco al posicionar el pie de rey. Pero es un método que nos sirve porque como hemos indicado
2. Usando una vaina preparada con un corte longitudinal.
Se puede preparar una vaina haciendo un corte longitudinal con una sierra circular pequeña de las que se usan para bricolaje. Esto permite insertar un proyectil simplemente con los dedos y se podrá desplazar por la vaina sin mucha oposición.
Se inserta ligeramente el proyectil en la vaina y se carga desplazando la corredera suavemente, sin soltarla. De esta forma, el proyectil se inserta en la vaina ocupando el cartucho inerte todo el espacio que existe entre la cabeza del cierre y la estría.
Al sacar el cartucho inerte con cuidado, pues no queremos que ahora se desplace el proyectil de la posición adquirida, podemos medir con el pie de rey y nos dará la medida del LTC máximo, pues el proyectil se habrá introducido en la vaina al tocar la estría por delante y la cabeza del cierre por detrás.
Como vemos en la ilustración, la medida que nos da es ligeramente distinta a la que obtuvimos del método de la varilla. Esto se debe a la imprecisión de aquel método. Si le quitamos 1mm para que nuestro cartucho montado no toque las estrías de nuestro cañón, podríamos montar cartuchos con un LTC de 28,8mm y tendríamos la medida óptima para nuestra arma, usando este tipo de proyectil.
Como hemos indicado anteriormente, en la precisión y en la seguridad intervienen otros factores además del LTC máximo. En este caso concreto, si construimos cartuchos de 9mm Luger con proyectiles TC de plomo como este, el resultado es que engarzaríamos muy poco el proyectil dentro de la vaina. Quedaría mucho espacio vacío o tendríamos que aumentar mucho la carga de pólvora y el cartucho podría desmontarse porque apenas entraría cilindro en la vaina. Además, en este caso concreto, el anillo de engrase nos quedaría fuera de la vaina. Este tipo de proyectil, por su morfología, si llevamos al límite que el anillo de engrase quede dentro de la vaina, debe introducirse hasta un LTC máximo de 28,5mm.
Como norma general, todos los proyectiles de tipo TC, requieren LTC máximos de alrededor de 28mm e incluso menos, mientras que los cartuchos construidos con proyectiles ojivales admiten largos de alrededor de 29mm.
Decisiones a tomar:
Si queremos recargar munición para tiro de precisión a 25 metros, todas las variables son importantes. También el LTC, aunque lo sea menos que otras, como hemos indicado anteriormente, hasta el punto de que en munición WC, no hay muchas opciones. Lo que se busca en esta modalidad es que además de conseguir el “factor”7 que se exija, es la agrupación. Cuanto menor sea el diámetro alcanzado en la diana por los grupos de, por ejemplo 10 disparos, mucho mejor. Para lograr este objetivo hay que alcanzar un punto de equilibrio máximo entre LTC, tipo y peso del proyectil para cada cañón, velocidad, tipo y carga de pólvora, etc., incluso otras cuestiones menos relevantes como las marcas de las vainas usadas porque unas son más blandas o dúctiles que otras y por lo tanto ocupan antes el espacio en la recámara, o la marca de los pistones8. Además, es importante que los cartuchos construidos alimenten bien y suban bien la rampa. De nada sirve un cartucho muy preciso si causa interrupciones.
Si queremos recargar munición para tiro práctico (IPSC), entonces el LTC no es casi relevante. Lo más importante es que obtengamos el factor necesario para la modalidad y que el arma no interrumpa, vigilando la sobrepresión.
Una vez elegido el proyectil que queremos montar en nuestras cargas y determinado el LTC que queremos usar, hay que tener en cuenta las pequeñas variaciones que puede haber en las cotas de unos cartuchos a
7. El factor exigido en la munición depende de las modalidades. En competiciones de alto nivel, los árbitros pueden someter la munición a inspección y no alcanzar el factor establecido supone la descalificación. El factor se calcula en función del peso del proyectil y la velocidad inicial alcanzada
8. Es muy importante es que el pistón quede perfectamente alojado en el fondo del oído.
otros. Cuando empezamos a recargar nos obsesiona alcanzar la perfección. Deseamos enfermizamente que todos los cartuchos salgan exactamente iguales. No debemos empeñarnos en esto porque es imposible y nos producirá más ansiedad que beneficios. Son muchos los factores que pueden hacer variar muy ligeramente las mediciones. Desde pequeñas muescas o rebabas imperceptibles a los ojos que puede haber en los metales, hasta el margen de error que tienen los pie de rey según su calidad, pasando por la posible suciedad que se acumule en este o en el interior de la matriz de engarce. Estos accidentes pueden generar diferencias en los LTC de nuestros cartuchos sin ni siquiera tocar la rosca de la matriz. Una variación de más-menos 0.05mm entre cartuchos es absolutamente irrelevante para armas cortas y es seguro que se producirá. Por ello, una vez ajustada la matriz, no hay que volver a tocarla y tan solo puede ser conveniente comprobar cada 20 o 30 cartuchos montados, que el LTC sigue estando en su sitio. Un buen truco para recargar muchos cartuchos si variaciones, es hacer una marca con un rotulador indeleble en las tres roscas de la matriz, alineadas con otra marca en la prensa, una vez que tenemos la matriz ajustada.
Conclusiones:
En el caso de las armas cortas, el LTC tiene mucha relevancia si nos pasamos por exceso, pero no tanta si lo dejamos corto. Es importante no tocar la estría y que no provoque interrupciones o se pueda desmontar. Cada tipo de proyectil requiere su cálculo de LTC y un LTC calculado para un arma no sirve para otra, ni siquiera del mismo modelo.
Variar el LTC nos obliga a hacer nuevas pruebas con distintas cargas de pólvora. Cuanto más largo es el cartucho, mayor es el espacio libre en la vaina y más pólvora hay que cargar.
Siempre, siempre, usar cartuchos inertes, sin empitonar y si carga, para todo tipo de mediciones y pruebas de alimentación, cargado y expulsión.