He dormido mal. Me pasa siempre que salgo de mi casa. El primer día siempre me cuesta quedarme dormido y suelo despertarme varias veces. Todo es extraño: el colchón, la almohada, la luz de la calle o cualquier otra cosa que sea diferente a lo de siempre. Admiro la facilidad que tienen muchas personas de dormir en cualquier sitio. Por ejemplo, nunca he sido capaz de dormir en un avión o un tren; ni en un coche.
El caso es que son las 06:30 y suena la alarma, que ya esperaba porque hace 15 minutos que miré la hora en mi teléfono, que uso para todo. El día que lo pierda tendré un problema enorme.
La teoría nos dice que hay que levantarse antes, porque me ha tocado la primera tanda en el sorteo y está programada a las 08:45 el primer disparo. Tendría que estar media hora antes para ocupar el puesto, más media hora aproximadamente de trayecto, lo que supone salir del hotel no más tarde de las 07:45. Si ponemos una hora para ir tranquilos en la ducha y lo que surja en el baño, revisar el equipo, vestirse y bajar al parking, pues bastaría con poner el despertador a las 0645. Yo siempre voy al límite porque aprecio cada minuto que pueda dormir en una noche que sé que va a ser mala. Así que pongo el despertador a las 06:30 porque aguantaré 10 minutos más hasta el segundo aviso a las 06:40.
Toco en su puerta y mi amigo Rafa sale ya con su equipo. Hemos intercambiado ya varios mensajes para asegurarnos que vamos bien.
Aún siendo viernes laborable, no hay casi tráfico. A estas horas, en Madrid, los atascos son ya insoportables, pero Oviedo es otro mundo. Llegamos al Club de Tiro Principado con tiempo de sobra. Incluso podremos tomar un descafeinado con leche antes de pasar a la galería. El Club Principado es increíble. Las instalaciones son magnífi cas pero es que además están maravillosamente mantenidas. Todo funciona a la perfección, todo está limpio, todo el personal está en su puesto, todo está pensado para favorecer al deportista y a la actividad deportiva.
Una parte fundamental de la competición es el calentamiento físico. Aquí cada uno tiene sus manías y yo reconozco que no soy muy riguroso en esto y voy adaptándome a cada ocasión. Hay unos estándares mínimos que conviene realizar, no solo para activar la musculación y elevar los niveles de alerta, concentración, etc., sino también para evitar lesiones y molestias. Yo he de reconocer que me muevo en esos mínimos. He hecho unos ejercicios básicos en la habitación del hotel, antes de salir y ahora en la galería repito algunos de ellos durante unos pocos minutos. Cualquier tirador de este nivel que acude a un campeonato de España, sabe estas cosas. Desde luego, es mucho más importante de lo que la mayoría piensa.
A las 08:30 la luz aún no es muy buena. El día está muy nublado e incluso había niebla cuando llegamos, pero ya está dispersándose. Han autorizado a ocupar los puestos y ya están todos los tiradores desplegando sus equipos en las mesas. Tengo el puesto 11, que está casi en frente a la puerta de acceso a la galería. No es el mejor sitio, porque está todo el rato entrando y saliendo gente. Espero que durante la competición no sea así. La mesa es muy pequeña y resulta justita para poner el visor, el cronógrafo, una pequeña toalla donde poner la pistola, dos cajas de munición, una pequeña funda con la herramienta básica. El visor no me va a hacer falta porque he tenido suerte y la cámara del puesto 11 funciona bien y me ofrece una buena visión del blanco. Este es el único punto que veo claramente mejorable en las galerías del Club Principado, que algunas cámaras no enfocan bien o directamente no funcionan. El monitor está fijado en el panel separador entre puestos, a la altura de la cara, de forma que puedo ver mis impactos sin moverme. A mí me parece una gran ventaja, aunque muchas veces en competiciones importantes hubiera preferido no ver algunos desastres.
La primera duda que me asalta es qué filtro poner en mis gafas de tiro. He traído un filtro marrón que tiene pinta de que no voy a necesitar en los cuatro días de competición y un filtro amarillo, que tiene muchas más papeletas. Pero hoy no veo claro si es mejor con el filtro amarillo o directamente sin filtro. Al final he decidido ponerlo y si veo que no es buena idea, siempre puedo quitarlo sin ni siquiera quitarme las gafas. Yo tiro con unas gafas de una marca más barata que las que se ven en todas las galerías, pero que hace su función. Las necesito porque la presbicia me impide enfocar el punto de mira y cualquier otra cosa que tenga a menos de un metro y medio. También incorporo un diafragma que me ayuda a centrarme en las miras y aumenta la profundidad de campo, para poder enrasar bien con el alza. No uso visera porque me resulta incómoda, pero tendré que darle una vuelta porque casi todos los buenos la usan.
El árbitro principal ha autorizado a sacar las armas y ya tengo todo colocado. Me encuentro bastante nervioso, porque esta es la competición más importante para mí. De las 5 modalidades que vamos a tirar en este campeonato, Pistola Estándar es la que más me motiva junto con 9mm, que son las que más me gustan. El año pasado quedé tercero en Estándar, medalla de bronce, que superaba desde luego todas mis expectativas. Así que, este año, tengo un poco más de presión. Desde luego, no me propongo repetir aquel extraordinario resultado y me conformaría, daría por muy bueno, quedar entre los 10 primeros. Aquí el nivel es impresionante. Hay tiradores que lo han ganado todo en sus carreras cuando eran seniors y que mantienen el nivel de una forma increíble. Algunos incluso mejor, porque ahora tienen más tiempo para entrenar.
En mi opinión, Pistola Estándar es la modalidad más difícil de todas las modalidades no olímpicas. Solo se dispone de una serie de prueba, pues el blanco es el mismo en toda la competición. El blanco “ISSF 25 Meter Precisión”. La competición tiene tres fases de series de 5 disparos con tiempos de 150”, 20” y 10” por serie, lo que obliga al tirador a cambiar la técnica y toda la dinámica dos veces para hacer tres competiciones diferentes en una. No hay una fase de precisión pura y se empieza con la fase que podría catalogarse como semiprecisión de 150” para hacer 5 disparos, lo que nos obliga a no invertir más de 30” en cada uno. Hay que asegurar cada disparo, pues no hay margen más que para renunciar quizá una vez, lo que obligará al tirador a efectuar los siguientes disparos con muy poco tiempo y con más presión. La fase de 20”, aún siendo una fase de tiro rápido, da más que suficiente tiempo al tirador para realizar las fases del disparo con cierta calma. En esta fase muchos buenos tiradores de precisión empiezan a perder su competición. La precipitación es muy frecuente y los errores se pagan muy caros. Por último, la fase de series de 10” para hacer 5 disparos, es tiro rápido sin paliativos de ninguna clase. El primer disparo condiciona toda la serie y ha de salir en no más de 3 segundos con garantías de ir al 9 para que los cuatro siguientes no se vayan a algún lugar del planeta tierra sin determinar. Levantar como si fuera una serie de duelo, alinear y tirar suavemente del disparador sin gatillazos. Un arma bien equilibrada, sin excesivo peso delante pero el suficiente, que se levante poco, ayuda mucho en esta fase. La muñeca bien bloqueada y evitar en lo posible que la vista se vaya al blanco. Claro, dicho así que fácil resulta. En mi opinión, en esta fase es donde se pierden y se ganan las competiciones de Estándar.
Han dado el tiempo de preparación y va a comenzar la serie de prueba. El día anterior se realizó por la tarde el entrenamiento oficial controlado, el famoso PET. Allí debió quedar todo perfectamente ajustado y listo para la competición y esta tanda de prueba sirve para tomar contacto con el disparador, las luces, coger la posición, etc. Adaptarse al puesto y centrarse en la competición. No es momento de hacer probaturas y si caso, por un tema de luz, quizá tocar uno o dos clicks, pero casi nunca hace falta. Todo está en su sitio y dispuesto.
“Para la primera serie de competición, carguen!. En la galería están Andrés, Marián y Javier, mientras Maricarmen va a ser quien vaya cantando los impactos. Magníficos árbitros todos ellos.
La primera serie es siempre muy peligrosa, al menos para mí. Maricarmen sale a la galería a cantar los resultados junto con un pequeño ejército de auxiliares que van parcheando los blancos y el testigo que hay detrás. Cada 10 disparos cambian el blanco. Va cantando desde e puesto 1 en adelante y cuando llega al puesto 11 grita “10 interior,9,9,9,8” y de corrido Marián, que está en la galería, grita “45”. Pues ni tan mal. Media de 9 no es mala forma de empezar y te permite estar en la tostada. Habrá muchos que hagan 46, 47 o alguno más, pero 45 está bien y si se puede mantener hasta el final, pues te sube muy arriba. Si además va cayendo algún 10 interior, pues mejor que mejor porque al final, si entras en algún empate, te puede dar la victoria parcial de ese empate.
“Para la siguiente serie de competición, carguen!. Mismo procedimiento. Esta vez solo 42. Algo a la izquierda todos. Tengo que coger mejor la posición y evitar la anticipación. Me encuentro algo nervioso. Tengo que centrarme más. Aún así, por lo que he oído que iba cantando Maricarmen, no estoy muy fuera. Algunos han hecho puntuaciones altas, pero a lo mejor no son los mismos que en la serie primera. La cabeza no para de especular, que es justo lo que no tiene que pasar en una competición. Mejor vamos a centrarnos en pelear cada disparo.
Así, van pasando las series, con 45, 42, 46 y 45 en la fase de 150”. Tengo la sensación de que estoy en la pomada. Es imposible llevar la cuenta de los demás y saber cómo va la tirada, pero si se puede tener una idea por lo que se va oyendo a Marián, de que una media de 9 va siendo buena cosa para estar en la primera mitad de la tabla. No está mal para esta fase, que es donde más puntos hace la gente por lo general.
Comienza la fase de 20”. Me he encontrado mejor a medida que ha ido avanzando la competición. Mis series de 44, 44, 44 y 48, indican una regularidad sin errores. Se mantiene la media de 9, que está bastante bien. No son puntuaciones excelentes, pero no hay errores graves. La última serie ha sido muy buena y sin embargo si que he oído a Marián cantar muchos blancos por debajo de 45 desde luego y bastantes en las 4 series por debajo de 40, lo que significa que la gente ha ido cometiendo errores importantes en algún momento. No hay manera de saber cómo va la cosa, pero tengo la sensación de estar en la lucha, como se suele decir.
La fase de tiro rápido en 10” es la clave a estas alturas. Parece de Perogrullo, pero en la cabeza del tirador se alternan la determinación (actitud correcta en psicología deportiva) de seguir igual de bien que hasta ahora y trabajar para mejorar, con el pánico a cometer un error que desperdicie todo el esfuerzo realizado hasta el momento (actitud incorrecta, destructiva, en psicología deportiva). Mi subconsciente me dice todo el rato: “venga Santi, como hasta ahora, no la caguemos”. O sea, bien pero mal.
A veces, me gusta refugiarme en mi Fe. Acordarme y dar gracias a Dios por los dones que me ha otorgado y por haberme permitido llegar hasta aquí. Y me pongo en sus manos y que se haga su voluntad.
Las series de tiro rápido van sucediéndose y tengo buenas sensaciones. Puedo ver en la pantalla que todo está en el negro e incluso hay buenas concentraciones. He levantando a tiempo, he parado en el sitio con mucha convicción. El agarre es bueno y no me he anticipado demasiado. Estoy tirando bien. Marián canta “44” en la primera serie. Está muy bien para esta fase. En la segunda serie 41. Es mi peor serie pero no hay ningún error grosero de esos que te sacan, también mentalmente, de la competición. Total, mi objetivo es estar entre los 10 primeros y por lo que voy oyendo a Marián, ya hay bastante gente que baja de 40 en alguna serie, con 38 e incluso alguno menos, con frecuencia. Es complicado no precipitarse o no perder las miras. Se escucha alguna serie muy buena de 47 y algunas de 46 y 45. Incluso se ha oído una o dos de 48 por allí, al final de la galería. Pero eso es razonable porque aquí están los mejores y hay algunos que son auténticas bestias. Puede que no esté yendo demasiado mal y me encuentro animado.
Faltan dos series y hay que darlo todo para alcanzar el objetivo. Tercera serie: 45. Pues ni tan mal. Estamos en la pelea. Además, he ido acumulando algunos dieces interiores que pueden ser importantes, aunque ahora eso no me preocupa nada, porque si consigo entrar entre los 10 o 15 primeros, daría igual uno o dos arriba o abajo. La cosa es estar ahí. No llevo la cuenta, pero creo estar cerca o alrededor de 530, lo que estaría genial.
Última serie y me puede el demonio que te dice al oído que no la cagues ahora y lo tires todo por la borda. Pero Cuando dan la orden de cargar, la reacción es buena y empieza el repaso de todo el proceso. A la voz de atención, encarar, bajar a 45° y cuando se gire el blanco, subir sin rebotar y tratar de meter un buen primer disparo sin precipitación. La cadencia la tengo dominada para hacerlo en 9 segundos y lo vamos a hacer bien. Se gira el blanco y tengo la sensación de haber hecho una buena serie, creo que vamos a cumplir de sobra. Estoy deseando que vuelvan a poner el blanco de cara para ver en la pantalla el resultado.
Cuando los árbitros comprueban que todas las armas están aseguradas, el principal da al botón y se giran los blancos de cara. Ya puedo ver mi diana en la pantalla: 48. No me lo puedo creer. No recuerdo bien si fueron cuatro dieces y un ocho o tres dieces y dos nueves. “Joer, que bien”.
Toca recoger todo; las armas al fi nal cuando autorizan. Vas dando la mano a los compañeros de los puestos cercanos. A la izquierda tenía al amigo Enrique Urquijo, de la Federación Andaluza, que es de los buenos, buenos. El año pasado me ganó en 9mm por goleada y a continuación a Javi Orcero, que está vez tira por la valenciana. A la derecha, dos puestos más allá está Ferris, que es otro de los buenos, buenos, de la escuela valenciana, que parece que los amamantan con pólvora. Y después de Ferris está nada más y nada menos que Tomás Cambeses. Uno de los grandes, grandes, que lo han ganado todo. En este Campeonato de España de Armas Deportivas, categoría Veteranos, Tomás va a ganar en tres modalidades. Veo a Salvador Pla, mi amigo J.L. Ayuso de la Madrileña, a Cebrián de Castilla y León, que es otro fuera de serie… Están todos los buenos, así que cualquier buen resultado para mí, tendrá mucho mérito y creo que voy a estar en mis objetivos.
He recogido todo y salgo por la puerta de la galería que da entrada directa al bar. Hay un importante bullicio a todas horas durante los 5 días, porque las tandas y entrenamientos oficiales se suceden continuamente y hay siempre bastante gente en el bar.
“¡Santi , tio, que has ganao!”.
Pistola Standard
El arma:
- Se puede usar cualquier arma del calibre 22 L.R (5,6) de fuego anular salvo las de un solo tiro.
- El peso del disparador no será inferior a 1.000 gr.
- Solo se permiten miras abiertas, sin protectores de alzas ni miras.
- Se permiten cachas anatómicas que no cubran la mano y dejen libre la muñeca.
La competición:
- La prueba consiste en 60 disparos de competición sobre blancos de competición de pistola ISSF (50×50) situados a 25 m. de distancia.
- Se realizan 20 disparos en 4 series de 5 disparos en 150 segundos cada una, otros 20 en 4 series de 5 disparos en 20 segundos y los 20 restantes en 4 series de 5 disparos en 10 segundos.
- Hay una serie de prueba de5 disparos en 150 segundos al comienzo de la comeptición
- Antes de comenzar la prueba hay diez minutos de preparación, en los que ya se dispone de los blancos para
No recuerdo bien quien fue la primera persona que me lo dijo. Había varios compañeros y compañeras de la Federación Madrileña que iban a entrar a su tanda y que me hablaban.
“¡Qué dices, no me jodas!”. Me dicen que sí, que he ganado y que hay un empate en el primer puesto. No me lo puedo creer pero insisten y empiezan a temblarme las rodillas. Miro la pantalla que hay en el bar donde van poniendo los resultados que se publican en tiempo real en Ridon y resulta que es verdad. Joder, voy primero.
José Luis Cebrián ha hecho 536 igual que yo, pero le ponen segundo. Es increíble pero también hemos empatado a dices interiores. 7 cada uno. Por eso es tan importante ir sumando alguno en cada serie. Como tenemos los mismos puntos y los mismos dieces interiores, me dice José Luis que vamos a tener que desempatar. Más nervios, no lo puedo creer. Estoy entre salir corriendo o qué se yo. Nunca he hecho un desempate y no estoy pudiendo pensar con claridad. Me dice José Luis Ayuso, compañero y amigo de la Federación Madrileña, que ha quedado tercero haciendo una magnífica competición y consiguiendo nada menos que 531 puntos, que es una barbaridad para esta modalidad tan difícil, que de eso nada, que no hay que desempatar, que el reglamento dice claramente que en Estándar gana mayor número de dieces interiores y si sigue habiendo empate, la mejor última serie. Y tiene razón.
Mi última serie es de 48, así que gano yo.
He cumplido mi objetivo, que era estar entre los 10 primeros.