Por qué limpiar nuestras armas
- Porque si las mantenemos limpias y en perfecto estado de mantenimiento, no nos darán problemas en momento más inoportuno.
- Si limpias y engrasas o aceitas, tu arma te lo agradecerá con creces y conseguirás una mayor longevidad y un mejor comportamiento.
- Muy importante, cuando desmontas tu arma para limpiarla aprendes como funciona y que mecanismos actúan cuando aprietas el disparador, haciendo que ganes en precisión.
- Una de las cosas más importantes, que a todo tirador le fastidia y que si mantienes tu arma limpia y apunto no pasaría, son las interrupciones, encasquillamientos y cosas por el estilo.
Como limpiar nuestra pistola o revolver.
SIEMPRE HAY QUE CERCIORARSE QUE ESTA DESCARGADA.
Hay tiradores que creen que cuando terminan la jornada de tiro o entrenamiento al llegar a casa le “echan” un espray dentro del cañón y en los mecanismos y ya tienen el arma limpia y lista para la próxima jornada, es cierto que, dependiendo del uso, la cantidad de disparos, hay que hacer una limpieza más o menos profunda.
Yo soy partidario de que cada vez que se usa un arma es conveniente limpiarla a fondo, porque, aunque hagamos pocos disparos, la pólvora que no se quema, así como los gases de la que se quema terminan por ser corrosivos. En los cañones se quedan restos de plomo y residuos. Asi que la mejor opción es limpiar nuestra arma siempre que la usemos, no hay que tomarlo como un castigo, debemos limpiarla y aceitarla pensando en la próxima vez que vayamos a usarla y en las satisfacciones que nos va a proporcionar.
¿Que limpiar?
El cañón. Con esto conseguiremos más precisión.
Mecanismos. Para conseguir que no nos interrumpa.
El exterior. Conseguiremos un aspecto perfecto de nuestra arma, (a todos nos gusta fardar de nuestro hierro)
Para limpiar el cañón, hay cada vez más productos específicos, pero si no queremos complicarnos demasiado; pasamos la baqueta con una grata y un poco de limpiador, luego le pasamos la baqueta nuevamente, esta vez con una lana impregnada con un poco de aceite para conservar el cañón, y hasta la próxima vez que vayamos a usarlo.
Dicho esto, insistir en que es conveniente limpiar bien los cañones para eliminar los restos de plomo latón y otros residuos que quedan en ellos tras usarlos. Como decía hay productos específicos desincrustantes con los que, usando la baqueta y un “Jack”, podemos pasar el trapo con el producto por el cañón, hasta que este salga limpio. El último paso será pasar un trapo ligeramente aceitado y quedará listo.
Os voy a contar un secreto que ya sabréis muchos, cuando volvéis al campo después de limpiar vuestra arma los primeros disparos siempre se van. Para que eso no suceda, antes de ir al campo pasarle un trazo con un poco de gasolina, de esa de mechero. Dejaremos el cañón impoluto e ira perfecto.
La corredera o cajón de mecanismos, muelles, cargadores, etc. también hay que limpiarlos y remover los restos de pólvora. Si lo hacemos regularmente conseguiremos que nuestra arma nos responda sin interrupciones, ni problemas. Para limpiar esas partes; las guías o las uñas extractoras, viene muy bien un cepillo de dientes y los bastoncillos de higiene. Con ellos podremos llegar a lugares que no llegan nuestros dedos. Otra cosa imprescindible son las camisetas viejas de algodón. Antes de tirarlas se les puede dar otro uso.
Una vez limpia, antes de volver a montar nuestra arma, debemos lubricarla. Para que vaya suave hay que lubricar todos los puntos que tengan fricción o movimiento. Una cosa es lubricar y otra es hacer una ensalada, tan malo es el defecto como el exceso. No hay que excederse con el lubricante, con unas gotas y distribuirlo con el dedo por toda la superficie a lubricar es suficiente. Si nos excedemos con el aceitado, cuando disparemos, con los restos de pólvora y gases se formará un “barro” que hará que nuestra arma sufra interrupciones.
Una gran ventaja que conseguimos cuando montamos y desmontamos nuestras armas, es que entendemos el funcionamiento de estas. Haciendo que seamos conscientes de cómo funciona nuestra arma, viendo que sucede cuando apretamos el gatillo, ese conocimiento nos ayudará a que obtengamos mejores resultados.
Casi todas las armas vienen con un manual que indica como desmontarla y el mantenimiento mínimo que necesita, pero si no lo tenemos, en internet podremos encontrarlo. Hay tutoriales de casi cualquier arma que se os ocurra. A mí me ha resultado de mucha ayuda en alguna ocasión, con algún arma muy antigua. Casi siempre encuentras a alguien que tiene algo igual o parecido.
MATERIAL BASICO.
Como muchos sabéis venden “kits” que vienen con lo más básico para limpieza.
Necesitaremos una baqueta con sus consiguientes cepillos o gratas, también ira bien un “Jack” para los parches, necesitaremos algún cepillito (de dientes puede servir), unos bastoncillos y nos serán de mucha utilidad unas pinzas para poder empujar los trapos hasta aquellos sitios que no llegamos con los dedos. Por supuesto algún desincrustante y también lubricante.
Con estos pequeños cuidados conseguiremos que nuestras armas nos lo agradezcan dándonos muchas jornadas llenas de satisfacciones.
IMPORTANTE: no os paséis con el aceitado, que tan malo es pasarse como no llegar.